jueves, 5 de julio de 2018

Saint-Dennis, Garnier, Roch, Pompidou; Sábado 13 de Enero de 2018


Para los interesado en la historia, la Basilique de Saint-Dennis es imperdible; necrópolis real francesa, en las afueras de París pero fácilmente accesible por Metro. Luego comimos en el McDonald de este barrio. Creo que estos locales son lo más parecido a un no-lugar según Marc Augé. Uno puede ir en cualquier país del mundo y es el mismo aroma. Es como que necesitamos algo familiar que nos reconforte de vez en cuando entre tanta extrañeza.






Visitamos la  Opera Garnier; sobre gustos se pintan colores, pero en mi inexperta opinión su Foyer (yo diría, El Foyer) es superior al salón de los espejos de Versalles. Fuimos luego a Galerías Lafayette, subimos al Ice Cube, caminamos por la Rue de la Paix, vimos el Café de la Paix, llegamos a la Place Vendomme (con la torre de Napoleón) el hotel Ritz, recorrimos Saint Honoré.









Fuimos luego a la Basílica de Saint Roch; en este caso, un tema absolutamente personal mío. El santo del pueblo de donde se origina la mayor parte de mi familia, Portonovo en las Rías Bajas de Pontevedra, en Galicia, tiene por santo patrono a San Roque. En este caso, se trata de la iglesia de los artistas parisinos. Hasta me di el lujo de ver un jovencito (imagino artista) atormentado sobre el piso junto a una columna. La civilización avanza, pero los misterios del alma humana serán siempre inabarcables.









Fuimos luego al Forum des Halles, vimos de lejos San Eustaque, visitamos el Museo Nacional de Arte Moderno y el Centro Pompidou. Sucede de vez en cuando que el continente compite con el contenido, que el Museo compite con su colección  (y a veces hasta gana). Este es el caso. 

(fotos en mi cuenta de instagram @elviajeroinvernal)








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