Teníamos pensado visitar Ronda y Setenil de las bodegas. Ese día las condiciones climáticas eran muy malas, y para llegar había que recorrer un largo y estrecho camino de montaña. Así que, con mucho dolor, tuvimos que cancelar esta parte de nuestros planes.


Para nuestra total sorpresa, nos encontramos con un animado y extenso Mercado Medieval. Beber vino caliente especiado era una cuenta pendiente para mí. La señora que lo preparaba era de origen portugués y estaba vestida de bruja, revolviendo en un cladero. Si uno pagaba más que por el vaso plástico ordinario, lo servía en un cuerno que uno se podía llevar. Le pregunté acerca de la preparación y de las especias que llevaba, porque me llamó mucho la atención el sabor y me detalló una cantidad, pero creí entender que la clave era el cardamomo.
A la mañana siguiente tomamos un tour con la guía Gema Fernández (un personaje total, inolvidable; muy atenta, graciosa e informada) y visitamos la Sinagoga y la Judería.

El Alcázar de los Reyes Cristianos es otro lugar que no puede dejar de visitarse. A pesar del clima frío, los jardines y el espejo de agua con peces conforman un paisaje de excepción.

Asistimos al entrenamiento en Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y vimos los hermosos caballos. Terminamos la jornada con una visita al Templo Romano, al Mausoleo Romano y degustamos unas crepes en la Plaza de la Corredera
( TODAS LAS FOTOS PERTENECEN A MICUENTA DE INSTAGRAM
@elviajeroinvernal )
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