sábado, 17 de marzo de 2018

Francia e Inglaterra, Grandeza y Herencia

Creo que todos nos creemos especiales y protagonistas de nuestra propia película (mientras los demás creen lo mismo y nos creen actores secundarios de las suyas). Algo parecido creen los países; que todos son especiales, pero que el propio es más especial que el de los demás. Y yo pienso que los nombres que se eligen para nombrar esa "especialidad" dicen mucho; no es lo mismo la excepcionalidad argentina (una condición permanente, "Estamos condenados al éxito") que el destino manifiesto estadounidense (algo que apunta siempre al futuro). Luego de una breve visita a Inglaterra, yo me animaría a decir que para los ingleses lo más importante es la herencia (algo que pertenence al pasado) salvaguardado por instituciones como la English Heritage o el National Trust, pero hecho carne en los propios ingleses. Mientras recorría algunos lugares, leía "Notas desde una pequeña isla" de Bill Bryson (lo recomiendo) quien reflexiona acerca de cómo desarmar un imperio con gracia. Es como si lo hicieran disimulando y con control de daños, en un estilo "aquí no se ha roto nada", resguardando la dignidad y el amor propio. 
En el caso francés, la búsqueda de este concepto me resultó mucho más sencilla; la grandeza (nuevamente lo permanente) ha sido siempre destacada por sus grandes líderes: "Francia no puede ser Francia sin su grandeza." Charles de Gaulle. "Existe un pacto veinte veces secular entre la grandeza de Francia y la libertad del mundo." François Miterrand. Esta convicción algo anacrónica, naturalmente, acarrea el riesgo de sufrir la burla (hasta existe un término para ello, French Bashing). La relación amor-odio entre ambos países ha sido célebre, desde Guillermo el Conquistador hasta la Segunda Guerra Mundial, pasando por la Guerra de los Cien Años. Y esto continúa hoy día, los franceses recibiendo inmigración a partir de su grandeza y los ingleses limitándola para conservar su herencia, May y Macron reuniéndose para evitar que vuelva a formar la jungla de Calais. Más allá de los matices, lo que me gustaría destacar es que más allá de no estar más en los primeros  puestos de poder mundial, conservan ambos una calidad notable, palpable en obras de La Défense o The City/Canary Wharf, y naturalmente, el Eurotunnel que reafirma lo que siempre los unirá.


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