Decidimos hacer una visita, contratada a una agencia, por Ávila y Segovia, que incluyó translado en ómnibus y acompañamiento por parte de una guía de turismo. Todo desde Madrid y en un mismo día.
Comenzamos por la ciudad de Ávila. La Muralla de Ávila constituye el recinto amurallado medieval mejor conservado de España y probablemente de toda Europa. Esto se verifica a simple vista. Como con muchos otros monumentos y obras que he visto en este viaje, no se cuánto hay de original y auténtico y cuánto de restaurado y rehecho, pero se valora el esfuerzo de conservación.
Continuamos por una visita a la Basílica de San Vicente; hay una protagonista histórica excluyente en este lugar, por lo que naturalmente visitamos la Casa-Convento de Santa Teresa.
Allí vimos el Dedo de Santa Teresa. Con mucho y auténtico respeto (por los protagonistas, por los cuidadores, por los devotos, por el interés turístico/económico, por la sustentabilidad del atractivo), quiero arriesgar una opinión respecto a la exhibición de reliquias de santos.
Creo que existió un sentido a esto en la Edad Media. Y que en pleno siglo XXI ese sentido ya no existe. No estoy proponiendo que se deshagan de nada; por el contrario, creo que en el caso que se decida exhibirlas se haga de una manera más decorosa y que aliente menos morbo. Uno visita la tumba del Apóstol Santiago y observa algo bello y queda en la fe de cada cual creer o no.
En otro orden de cosas, probamos Yemas de Santa Teresa; yo soy muy goloso y me sobrepuse (alegremente) a lo crudo, pero puedo entender que llegue a empalagar a otras personas.
Nuestra siguiente parada fue Segovia. Una maravilla ver lo que aún se conserva del Acueducto de Segovia, que estuvo activo hasta no hace demasiado tiempo. Ahora que mi relato de este viaje está comenzando a terminar, tengo que destacar particularmente el patrimonio romano que vimos en muchas de las ciudades que recorrimos en las diversas regiones; puentes, caminos, restos de templos. Realmente notable.
Luego del almuerzo, visitamos la Catedral de Santa María de Segovia. Presenciamos allí un incidente entre otros turistas compatriotas y la guía, en el cual ellos notoriamente no tenían razón y provocaban vergüenza ajena. Yo sé que uno se debe hacer cargo sólo del propio comportamiento, pero no me gusta que se alimente la no muy positiva fama que tenemos los argentinos en el exterior (una pena; viajar es un lujo, un privilegio y debería ser un disfrute).
Finalizamos con El Alcázar de Segovia, probable inspiración para el Castillo de Blancanieves de Walt Disney.
( TODAS LAS FOTOS PERTENECEN A MI CUENTA DE
INSTAGRAM @elviajeroinvernal )
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