Ustedes no me van a creer, pero en Galicia los bosques hablan.
Yo también era incrédulo y en ese estado de incredulidad nos dirigimos a la Ribeira Sacra, entre las provincias de Lugo y Ourense.

Estacionamos el auto en el Mosteiro de San Estevo de Ribas de Sil. Dispuestos a un par de horas de senderismo, comenzamos a recorrer el Cañón do Sil, donde existe un conocido mirador llamado Balcóns de Madrid, que es realmente muy bello, con una gran vista panorámica.
Caminamos por el sendero, el suelo tapizado de hojas doradas, los árboles desnudos cubiertos por musgo; un entorno increíblemente mágico.



Hace un par de siglos, durante la Guerra de Independencia durante la invasión napoleónica, el fuego también había tenido protagonismo cuando en represalia por un ataque los franceses hicieron quemar la villa y el castillo.

Partimos entonces hacia Monforte de Lemos, donde nos alojamos en el Hotel Ribeira Sacra que al entrar tiene unos muy lindos exhibidores con cerámica local.
Caminamos por el casco antiguo de la ciudad hacia el Centro de Interpretación del Vino, donde hicimos una visita y degustación del varietal Mencía; existe una Denominación de Origen Ribeira Sacra.

Quiero terminar esta reseña volviendo al tema del Bosque Gallego, y citando lo que dice éste último sitio web que lo promociona:

Hay que permanecer atentos en el recorrido, pues estos bosques, muchos de ellos insondables, acogen en su seno una fauna y una flora dignas de admirar. Tupidos robledales, encinares, bosques de abedules y castaños que, inmóviles y silenciosos, esperan que os acerquéis a ellos y recorráis sus paisajes, dignos de la Galicia más mágica."
(TODAS LAS FOTOS HAN SIDO TOMADAS DE MI CUENTA DE INSTAGRAM @elviajeroinvernal)
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