Una de las desventajas de sumarse a un tour de un día de duración es que muchas veces entregan menos de lo que prometen (puede haber mucha distancia entre lugares y entonces se privilegian un par y prácticamente se dejan de lado el resto). Afortunadamente, no fue lo que nos sucedió en la Toscana. En primer término fuimos a San Gimignano; que se destaca por sus torres: "En los pueblos amurallados toscanos de la época medieval, las familias adineradas competían entre sí por la erección de torres más altas, que simbolizaba más poder y riqueza, y a la vez las torres servían como hostales y fortalezas".
Luego nos detuvimos en el pueblo amurallado de Monteriggioni ; se destaca en esta localidad su arquitectura medieval "Las murallas más o menos circulares con una longitud total de alrededor de 570 metros fueron construidas entre 1213 y 1219, siguiendo los contornos naturales de la colina."
Finalmente visitamos Casellina in Chianti (Bodega Poggio Amorelli) para una degustación de vino de la región; fue muy interesante la explicación acerca de qué características tiene el Chianti Clássico Galo Nero.
(las fotos corresponden a los lugares destacados en rojo; encontrarán otras en mi cuenta de instagram @elviajero invernal)
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