Cuando El Viajero Invernal llegó a España hace ya casi un año, el tema de discusión nacional era el uso horario, a favor o en contra de modificarlo; sin restarle importancia per se (ni minimizar las consecuencias en ciertos sectores de la población de la crisis de 2008), es un tema propio de una sociedad desarrollada.
Y como todo es relativo, a mí el gusto español por la fiesta -las patronales, entre otras- y la ronda por bares (en particular estar parado junto a la barra) me resultó más que evidente.
A quienes le interese, España es su lugar.
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