Destaco que se trata de un uso no peyorativo del término CIRCO (y si hace falta aclararlo, que se trata de un "circo" del que hace rato quiero fervorosamente participar -y deseo continuar participando, por lo menos durante un tiempito más-).
Me gusta la imagen de la carpa como el contexto de un país, de una cultura, y de las diversas pistas como regiones/ciudades específicas. Me estoy refiriendo al circo tradicional (con diversos actos inconexos entre sí) no al circo más moderno/teatral tipo cirque du soleil, en el que cada obra tiene una unidad conceptual.
Debo reconocer también que he revalorizado (a pesar de haber dado diez años clases en esa carrera) la importancia del Turismo en relación a la conservación de obras y espacios de valor histórico/cultural (y de la economía de un país, región, ciudad,etc).
Hay que destacar particularmente la realización de Ferias o Exposiciones Mundiales, Olimpíadas y nombramiento de atractivos como "Patrimonio de la Humanidad" (circunstancias que constituyen un antes y un después para los lugares involucrados).
Dicho esto, debo comentar que me quedaron muchas dudas acerca de la verosimilitud de diversas ruinas/monumentos/edificios/ob ras (tal el grado de restauración/reconstrucción que sufren y la manera de "ilustrarlas/los"). Podría sospechar que como en tantas otras áreas humanas hay bastante de invención. Tal vez por eso me gustó mucho un vídeo arqueológico que vi en Itálica donde seguían ciertas normas internacionales que clasificaban las imágenes en: "evocativas"-"posibles"-"altamente probables". Pero ese detallismo seguramente es un exagerado prurito profesional mío debido a mis estudios previos, lo cual invalidaría la sensación de extrañeza que por momentos sentí.
También debo admitir que en otros momentos la situación se tornaba levemente ridícula. Ej.: un domingo a la mañana, cuando todos los españoles duermen, 20/30 turistas circulando y cruzándose, celular con gps en mano con google maps/navegación en parlante, guiándolos a través de las laberínticas callejuelas medievales de los cascos históricos, para completar una lista de atractivos intrascendentes como si fuera una búsqueda de tesoro (la cual puedo adelantar que no es tal).
El ser humano tiende a buscar opiniones que apoyen sus propias convicciones y también hace cosas con el mero objeto de demostrar lo que ya suponía. Yo no soy una excepción a la regla: creo que mi máxima acerca de que: "En los viajes es más importante lo que uno lleva que lo que encuentra", en mi experiencia, se verificó. Supongo que la manera de salir del aspecto ridícula del circo turístico internacional es darle una impronta personal, poner en valor lo que uno tiene previamente dentro. Eso no quiere decir ir al otro extremo y no visitar la torre Eiffel cuando uno está en París... porque sería de pasar de un comportamiento algo idiota a otro más o menos similar.
En este circo uno tiene que hacer su propio acto, como los malabaristas, los payasos, los magos, los trapecistas... Los que viajamos hoy en día estamos todos bajo una misma carpa, pero eso no quiere decir que hagamos todos lo mismo.
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