He sostenido (temeraria y apresuradamente) a partir de mis breves y limitadas visitas, que por diversas razones Francia puede ser asociada al término "grandeza" y el Reino Unido a la idea de "herencia". ¿Y qué decir de mi querida España?
Luego de pensarlo un poco, se me ocurre que en mi mente España se vincula al concepto de "frontera", un límite geográfico, cultural, temporal, económico...
España ha sido desde Los Pilares de Hércules el nexo entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre África y Europa, entre esta última y América Latina. Por siglos, transición entre el mundo musulmán y el cristiano; posteriormente, entre el mundo rural/feudal y el industrializado/capitalista.
Hay cuestiones que a simple vista podría hermanarla con Italia, pero que no resisten un análisis más detallado; las profundas disparidades internas (aunque las ciudades-estado itálicas tuvieron poco que ver son el regionalismo hispano), el contacto con lo musulmán (aunque breves, hubo emiratos en Sicilia y Bari), la similar cercanía geográfica con África (con mayor prensa hoy día por el tema de los inmigrantes de ese origen), el pasado colonial allí (aunque no fue lo mismo el Protectorado Español de Marruecos y la persistencia de Ceuta y Melilla, que la relativamente corta presencia itálica en Etiopía), el costado decadentista (aunque no se puede comparar el Imperio Romano con la España Donde No Se Ponía El Sol, ni en su duración ni en su legado), lo industrial-comercial de Cataluña/País Vasco que no se puede comparar con el triángulo Milán/Turín/Génova, y un largo etcétera.
En todos lados hay una transición permanente entre lo viejo y lo moderno; pero en España todo es más nuevo, como el que se saltea etapas; una impresión superficial es que se sacudieron el franquismo a toda velocidad. Francia me deslumbró y Gran Bretaña me fascinó, pero yo creo que son gustos en alguna medida preadquiridos; que deben entrar primero por la cabeza.
Esto no hace falta con España; vayan tranquilos: España enamora.